martes, 16 de diciembre de 2014

Ocurrencias y pensamientos de un perturbado 09/12/2014


     El cigarrillo entre mis dedos se consume lentamente, envuelve de aroma todo a mi alrededor, disipa y distorsiona todo a lo que alcanza mi vista, dibujando siluetas abstractas en el aire, como mi mente disuelve recuerdos de antaño, dolorosas penas de acciones maltrechas, que hicieron daño a seres queridos y a mi mismo, acciones de las que aprender sin arrepentirse, y seguir nuestro camino con la lección aprendida, para evitar que esta vida cíclica vuelva a repetir esas vivencias, señal que aunque las creamos resueltas, no lo están.

     Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, pero la culpa es solo nuestra, cuando la lección espiritual es aprendida en la acción terrenal, esta desaparece pues nuestra actitud cambia, no se repite, y pasamos a otras enseñanzas nuevas.

     Para esto la vida está llena de señales, y con ellos debemos cambiar nuestro comportamiento, aprender y avanzar, nuestra vida mejora, evoluciona y nuestros proyectos van viendo la luz.

     Si por el contrario nos empecinamos en ideas o caminos erróneos, la vida no deja de darnos golpes, haciéndonos sentir desdichados e incomprendidos, y no hacemos mas que tropezar en la misma situación una y otra vez, echando la culpa a cualquier cosa, a la gente que convive en ese momento a nuestro lado, nunca tenemos la culpa nosotros, somos victimas de la injusta vida, de la mala suerte, de la poca ayuda recibida por nuestro Dios.

     Se nos hace una montaña algo tan sencillo como meditar y consultar a nuestra voz interna, a nuestro niño, a nuestro yo superior. Quizás con esto evitaríamos esta repetición de acciones, como los que son despedidos de un trabajo una y otra vez, echando la culpa a los demás de su desgracia, cuando quizás la culpa la tenga él, pues su comportamiento no es el correcto, o por que en su evolución se espera más de él, o quizás por que lo que pactó va por otro lado distinto al que él se empeña en realizar en esta tierra.

     O como esta moda hoy día de tanta separación carnal, empecinados en ser incompatibles con la persona con la que un día fue todo un paraíso la convivencia, las vivencias, el amor, creando nuevo vida en este planeta según lo pactado, quizás tenia que ser, y se empeñan en encontrar otra pareja con la que compartir, y se repite la situación.

     Está también el que decide vivir su vida en solitario, o en anonimato, el que tiene muy claro no tener hijos, o el que busca el éxito, o lo necesita en el ámbito que sea, para que su estancia en esta vida no pase desapercibida.

     Esta es la idiosincrasia del dogma, creencias no palpables ya que no podemos medirla en un tubo de ensayo, ni probar a ciencia cierta, que es así.

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