lunes, 22 de diciembre de 2014

Ocurrencias y pensamientos de un perturbado 14/12/2014

     Como si de estigmas se tratara, mis pensamientos sangran por la estupidez y la ignorancia de no reconocer lo aprendido, y que una y otra vez maestros y religiones ponen delante de mí, sin llegar a comprender lo que en otro momento daba por sabido.

     El poder de nuestro pensamiento y la PALABRA, nos hacer crear situaciones por las que en el fondo no nos gustaría pasar, pero que inconscientemente creamos al nombrarlas.

     La fuerza del verbo y la palabra siempre a existido en nosotros, haciendo que situaciones negativas o malas para nosotros mismos fluyan de nuestra boca por los miedos infundados, sin darnos cuenta del mal que nos infringimos por nuestra propia ignorancia, miedos reflejados en nuestra mente por ese Ego que nos confunde como si del mismo diablo se tratase.

     Haciéndonos creer lo que somos, pequeños dioses en potencia, intentamos crear las cosas buenas para nosotros, pero estas rara vez se cumplen, entonces nos enfadamos con nosotros mismos y solemos dejar de creer y volvemos a lo terrenal, maldiciendo al universo y a todo lo que nos rodea.

     Si recapacitásemos e interiorizáramos, nos daríamos cuenta que solo nosotros tenemos la culpa, pues parece que incrustamos a fuego, que solo con el sufrimiento podemos conseguirlo.

     No se si a vosotros os a pasado, o quizás no habéis caído en el detalle, un ejemplo tonto de estas situaciones es aparcar el coche en un lugar que al bajar de el y observar, te da mala espina y piensas, ¡haber si me lo roban!, a lo mejor vuelves y no te han robado, pero como te ronde mucho por la cabeza esta situación, a los días en otro lugar cuando vas a coger el coche, te han roto la ventana y te han dejado el coche limpio, estas cosas suelen pasar a muchos humanos una y otra vez en distintos temas, ¡lo sabía, debo tener un Don para percibir las desgracias!, Decretamos.

     Cuando vamos tomando conciencia de este “Don”, intentamos pasarlo a las acciones buenas, y pedimos cosas para nuestra mejora terrenal, ¡quiero un trabajo mejor, bien remunerado, con poco esfuerzo!, ¡ quiero esto, quiero lo otro!. Aquí nos solemos venir a bajo, ya que no se suelen cumplir, o no nos damos cuenta, o se cumplen sin llegar a la medida deseada.

     Si nos fijásemos en nuestros pensamientos, seguro que cada vez que pedimos algo correcto para nosotros, aparece nuestro Ego diciéndonos ¡esto no se va a cumplir!, ¡no me lo merezco!, ¡es imposible!, ¡no caerá esa breva!, o mil frases en contra de lo que estamos pidiendo. Nosotros mismos nos ponemos las trabas.

     Debemos pedir lo bueno y dejar que el tiempo ponga los medios para que se realicen, que ponga las cosas en su sitio, acallar el ego y cada vez que nos viene un pensamiento negativa a lo pedido, con la palabra decir ¡No lo acepto!, cada uno a su manera, eliminarlo.

     En el Ho'ponopono, la frase es; Lo siento, Perdóname, Te amo, Gracias, y pedir a tu yo superior a la divinidad que limpie las memorias erróneas que te hacen pensar y sentite así, en otras técnicas o religiones a tu ángel de la guarda la ayuda necesaria, cada persona pide según sus enseñanzas o aprendizaje en esta vida, pero todas llevan al mismo camino, a la mejora personal y evolución sin necesidad de pasarlo mal para alcanzar ese fin.

     También es verdad que no nos damos cuenta de los pequeños milagros que suceden al rededor nuestro, siempre queremos más.

     Son muchos los curanderos, sanadores y afines que han empezado su trabajo a raíz de pasar una grave enfermedad y haberse sanado, pues a trabes de esto sienten la necesidad de enseñar, dar a conocer o sanar, a otras personas como parte de su propio aprendizaje y evolución para una vida mejor, tanto para ellos como para la gente que tratan o enseñan las técnicas, pero creo que no hace falta llegar a estos extremos con enfermedades creadas por nosotros mismos, para darnos cuenta de quienes somos.

     Es muy duro decir a una persona que la grave enfermedad que padece, se la ha creado ella misma, pero es algo que no digo yo, lo dicen las distintas técnicas tanto ancestrales como de la nueva era, que trabajan sobre las energías del cuerpo astral, de tu aurea, del amor, basándose muchas de ellas en los sentimientos de la persona y de su entorno, dime como vives y te diré que padeces, Chamanes, maestros de la energía, Ho'ponopono, Biodescodificación etc..., así lo muestran y lo enseñan.

     Soy uno de esos ignorantes terrenales pero creerme si os digo, que he visto pequeños milagros.

Id con Dios.

martes, 16 de diciembre de 2014

Ocurrencias y pensamientos de un perturbado 09/12/2014


     El cigarrillo entre mis dedos se consume lentamente, envuelve de aroma todo a mi alrededor, disipa y distorsiona todo a lo que alcanza mi vista, dibujando siluetas abstractas en el aire, como mi mente disuelve recuerdos de antaño, dolorosas penas de acciones maltrechas, que hicieron daño a seres queridos y a mi mismo, acciones de las que aprender sin arrepentirse, y seguir nuestro camino con la lección aprendida, para evitar que esta vida cíclica vuelva a repetir esas vivencias, señal que aunque las creamos resueltas, no lo están.

     Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, pero la culpa es solo nuestra, cuando la lección espiritual es aprendida en la acción terrenal, esta desaparece pues nuestra actitud cambia, no se repite, y pasamos a otras enseñanzas nuevas.

     Para esto la vida está llena de señales, y con ellos debemos cambiar nuestro comportamiento, aprender y avanzar, nuestra vida mejora, evoluciona y nuestros proyectos van viendo la luz.

     Si por el contrario nos empecinamos en ideas o caminos erróneos, la vida no deja de darnos golpes, haciéndonos sentir desdichados e incomprendidos, y no hacemos mas que tropezar en la misma situación una y otra vez, echando la culpa a cualquier cosa, a la gente que convive en ese momento a nuestro lado, nunca tenemos la culpa nosotros, somos victimas de la injusta vida, de la mala suerte, de la poca ayuda recibida por nuestro Dios.

     Se nos hace una montaña algo tan sencillo como meditar y consultar a nuestra voz interna, a nuestro niño, a nuestro yo superior. Quizás con esto evitaríamos esta repetición de acciones, como los que son despedidos de un trabajo una y otra vez, echando la culpa a los demás de su desgracia, cuando quizás la culpa la tenga él, pues su comportamiento no es el correcto, o por que en su evolución se espera más de él, o quizás por que lo que pactó va por otro lado distinto al que él se empeña en realizar en esta tierra.

     O como esta moda hoy día de tanta separación carnal, empecinados en ser incompatibles con la persona con la que un día fue todo un paraíso la convivencia, las vivencias, el amor, creando nuevo vida en este planeta según lo pactado, quizás tenia que ser, y se empeñan en encontrar otra pareja con la que compartir, y se repite la situación.

     Está también el que decide vivir su vida en solitario, o en anonimato, el que tiene muy claro no tener hijos, o el que busca el éxito, o lo necesita en el ámbito que sea, para que su estancia en esta vida no pase desapercibida.

     Esta es la idiosincrasia del dogma, creencias no palpables ya que no podemos medirla en un tubo de ensayo, ni probar a ciencia cierta, que es así.